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04 Apr 24

Airzone blog

¿Qué es la calidad de aire interior y por qué es importante?

Respirar aire de calidad es importante para nuestra salud.

En ocasiones, y sobre todo cuando realizamos actividades en espacios interiores, respiramos aire contaminado que puede provocarnos malestar e incluso graves enfermedades. Se estima que el aire de espacios cerrados está hasta 5 veces más contaminado que el aire exterior y teniendo en cuenta que el 90 % de nuestro tiempo lo pasamos bajo techo, lo mejor es asegurarnos de que respiramos como debemos.

Aunque no seamos conscientes de ello, el aire contaminado que respiramos mientras trabajamos en la oficina o comemos en un restaurante, por ejemplo, puede ser el responsable de ese dolor de cabeza repentino, esa irritación de garganta, o ciertos mareos a los que no encontramos el porqué. Y esto no es todo. Las consecuencias pueden ser mucho más graves, por lo que asegurar una buena calidad de aire en todos lo lugares que frecuentamos es importante para gozar de una buena salud.

¿Qué es el “aire de calidad”?

El aire de calidad es aquel que está libre de partículas contaminantes y que no nos perjudica cuando respiramos. En datos exactos, es aquel “que está compuesto por un 80 % de nitrógeno y un 20 % de oxígeno” aproximadamente. Así, todo lo que se aleje de estas medidas se considera aire perjudicial que tendrá sus efectos llevaderos o severos, según su grado de contaminación.

¿Qué causa la mala calidad del aire interior?

El aire contaminado de espacios interiores tiene distintas causas, desde los materiales que componen un edificio hasta las personas que se albergan en él. Cualquier detalle puede hacer que la calidad del aire empeore.

  • La presencia de personas que, al respirar, expulsan C02 que se concentra en el ambiente.
  • El uso de productos con olores fuertes o tóxicos como los productos de limpieza.
  • Los materiales de construcción que pueden resultar tóxicos, como las pinturas, por ejemplo.
  • Las actividades que requieren del uso de agua caliente, como cocinar o ducharnos, que hacen que la humedad del aire sea excesiva.
  • Los virus o bacterias que no apreciamos en el ambiente y provocan enfermedades.
  • Las acciones que generan humo como fumar.

¿Qué consecuencias tiene la mala calidad del aire interior?

Respirar aire de mala calidad afecta directamente a nuestra salud.

Existen consecuencias leves como la irritación de las fosas nasales o la garganta. Si has sentido dolor de cabeza o picor en los ojos en espacios compartidos con más personas, por ejemplo, es posible que tu malestar se haya debido a la mala calidad del aire que respirabas. Y existen también consecuencias más graves como los problemas respiratorios, alteraciones en el funcionamiento del corazón y hasta algunos tipos de cáncer.

Estas consecuencias son aún más peligrosas en personas que sufren enfermedades cardiovasculares o asma, ya que las propias patologías hacen que los efectos de la mala calidad del aire interior sean más agresivos.

Además, no limpiar los filtros de nuestro sistema de aire acondicionado o no cumplir con el mantenimiento que recomiendan los expertos hace que la calidad del aire empeore aún más.

¿Cómo mejorar la calidad del aire interior?

Aunque las consecuencias de respirar aire de mala calidad pueden ser muy graves, estas pueden evitarse fácilmente, y más teniendo en cuenta los avances tecnológicos con los que contamos actualmente. Purificar el aire es la clave para respirar en un ambiente saludable.

Existen distintos métodos para purificar el aire de los espacios cerrados, pero no todos son eficaces en todos los ambientes. Es necesario tener en cuenta los pros y los contras de cada uno y, sobre todo, el lugar donde se encuentra el edificio.
Estos son los métodos más comunes y eficaces (naturales o artificiales) para purificar el aire:

  • Abrir las ventanas. Una acción tan sencilla como abrir las ventanas de casa o de la oficina, crea una corriente que puede mejorar la calidad de aire.

Al abrir las ventanas, se reduce la concentración de las partículas perjudiciales para nuestra salud y el aire se limpia casi de forma automática.
El aire exterior de los entornos más puros como los que se encuentran en plena naturaleza, contiene una gran cantidad de oxígeno, lo que lo convierte en un aire perfecto y seguro, un aire no perjudicial. Diríamos que es el aire ideal para reemplazar al de un salón lleno de personas, contaminado por distintas razones.

El problema con este método natural de purificación surge cuando el edificio no se encuentra en un entorno natural, sino en lugares masificados como las grandes ciudades. En esas zonas el aire exterior está demasiado contaminado y su calidad es igual o peor que la de un espacio interior. Abrir la ventana en estos casos no es una buena opción y puede ser incluso perjudicial.

Otro de los contras asociado a esta forma de limpiar el aire es el derroche de energía que se produce en épocas de frío o calor. Al abrir las ventajas, aunque sea por poco tiempo, el aire ya acondicionado térmicamente pierde sus condiciones de confort y los equipos de climatización deben inyectar una energía adicional para reacondicionar la habitación hasta la temperatura deseada una vez las ventanas estén cerradas. Esto provoca otra de las desventajas: un incremento del importe de la factura de la luz.

  • Mantener en buen estado los sistemas de climatización. Contratar a un profesional para revisar los sistemas de calefacción y refrigeración de nuestra casa u oficina evita problemas de salud.

Los sistemas de aire acondicionado, por ejemplo, ayudan a mejorar la calidad del aire, ya que su funcionamiento elimina parte de las micropartículas suspendidas. Utilizándolos adecuadamente y sometiéndolos a un buen mantenimiento, no solo se consigue un ambiente más limpio, sino que se reduce la transmisión de enfermedades por virus y bacterias.

  • Instalar un sistema de ventilación mecánica controlada. La ventilación controlada es otra de las soluciones tecnológicas para conseguir aire interior de calidad.

Estos sistemas eliminan el aire contaminado e introducen aire limpio del exterior. El aire que se introduce en el edificio se filtra previamente, ya que así se eliminan posibles partículas perjudiciales como el polen u otros alérgenos.

Además, pensando en el ahorro económico, es conveniente tener en cuenta que ya existen sistemas que introducen directamente aire caliente o frío, dependiendo de la época del año, evitando así tener que encender la calefacción o el aire acondicionado una vez que el aire del espacio cerrado se ha renovado.

A pesar de su proceso de filtración de partículas, la ventilación mecánica controlada no siempre es eficaz y, aunque suele ser útil en ambientes limpios, es una solución insuficiente para edificios que se encuentran en ciudades o ambientes contaminados.

  • Instalar un sistema de purificación de aire artificial. Entre los sistemas de purificación de aire, se destacan los cuatro más conocidos: la purificación de aire por ozono, la oxidación fotocatalítica, la radiación ultravioleta y la ionización.

Cada sistema destaca por sus pros y sus contras, (que puedes leer aquí) y algunos métodos como la purificación de aire por Ozono, no pueden utilizarse ante la presencia de personas.

Entre estas opciones, destaca la purificación por ionización como una de las soluciones más completas y eficaces para respirar aire de calidad en espacios interiores.

El proceso de ionización consiste en eliminar o añadir electrones a los átomos de las partículas del aire para que tengan una carga determinada. Así, se forman partículas ionizadas que se juntan entre ellas incrementando su masa, y, al pesar más, caen hacia superficies de las que pueden eliminarse fácilmente.

Al ionizar el aire, se eliminan olores, virus, hongos y bacterias que perjudican nuestra salud. Este sistema tiene la potencia suficiente para limpiar el aire de edificios de entornos muy contaminados como las grandes ciudades.

Aunque resulte extraño asociarlo, el proceso de purificación de aire por ionización imita a lo que sucede en algunos entornos naturales como las playas. La fuerza del agua del mar al chocar con las rocas, por ejemplo, divide las partículas del aire, provocando una variación en su carga de iones.

Según las condiciones del entorno en el que se encuentre cada edificio, la solución al aire contaminado de nuestros espacios interiores podrá variar, pero de lo que no cabe duda es de que aportar soluciones es importante para poder desarrollar nuestra vida con normalidad, sin tener que preocuparnos por la acción más necesaria de nuestra vida: respirar.